La creación real implica sacarse del medio. La creación es entrar en el vacío y dejarse atravesar. Ver el desfile de pensamientos boicoteadores y/o egocéntricos y retirarse. No es duro, es rendición. No es un sacrificio, es entrega. No es incapacitante, es sublimar la existencia.
Hay aspectos destructivos y demoledores positivos. Porque con una buena atención y dirección nos ayudan a prenderle fuego a lo que ya no nos permite avanzar. Llega a ser placentero sentir ese camino, de capa a capa atravesarnos como un sable amoroso, incisivo e insistente, adentrándose en todo lo superfluo hasta llegar a la médula de nuestro ser.
No tiene mérito en esta estructura social rápida y contaminada. No se ve para quien no se ve a sí mismo en su profundidad. Es así de ingrata a nivel social porque es trascendente a nivel vital.

Crear de verdad siempre habla de algo mucho más allá de ti mismo. Crear habla de la misma esencia de la creación que poco depende de nuestros egos y mucho encarna a la esencia de todo lo que existe.

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