Todos tenemos un tiempo para recoger los frutos de nuestras siembras. Todos sabemos cuándo nos llega un fruto de algo que hemos sembrado y sabemos de la profunda satisfacción que se siente al participar de esa otra cara de la ciclicidad.

Todos sabemos cuándo es el momento en el que algo madura y cae. Todos sabemos, notamos y percibimos cuando llega ese momento.

Todos sabemos que la vida no es algo insustancial o superficial. Todos sabemos que aunque a veces lo queramos ignorar, la vida responde en alguna medida a nuestra entrega.

Todos sabemos que cuando algo “nos cae a los pies” nos corresponde.🍎

En Donas nuestro fruto llega en el descenso a la terrenalidad después de climas más etéricos de la obra.

Renovadas, le hincamos el diente a la vida.
Tomamos el derecho a vivir el placer, el sentido del gusto en su plenitud y la caída a los sistemas de percepción más terrenales. 🔴

Los frutos en Donas también apelan a ese saber esperar al momento preciso para cualquier cosa. Dejar que las cosas orgánicamente sigan su curso pero habiendo realizado la siembra con toda nuestra entrega.

“El truco consiste, querida niña, en que nada va a caer del cielo si tú no has subido hasta él: habrás de subir sin esperar nada a cambio y cuando regreses, los frutos rozarán tus pies como un guiño de las estrellas”

Textos @albafelpete

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